Fotografías tomadas de Google Imágenes
Cuando se está enamorado ¿no es todo el universo una fiesta, un gran baile donde el color rebosa por toda la creación, y todo vibra, se mueve, danza en perfecta armonía?
Así lo sentimos los humanos cuando nos subimos a ese carrusel de felicidad, pero puede que también lo sienta el calamar que habla a su pareja con los emocionados tonos multicolores de su cuerpo, o el albatros, en su danza nupcial. E incluso la mosca que recorre una y otra vez el polvo que flota en la sala esperando a su minúscula compañera. Las ballenas cantan, las ranas croan, las aves deliran con sus más soberbios cantos en plena época reproductiva... Todos los seres, de un modo u otro, necesitan expresar la alegría de amar y ser amado.
Los cortejos de las aves son especialmente atrayentes para nosotros. Nos recuerdan mucho nuestras costumbres. El interés por el macho por deslumbrar a la hembra hace que algunos se conviertan en ejemplares arquitectos, constructores, tejedores, cantores, músicos, decoradores o artistas. A menudo se emparejan de por vida; tienen danzas a dúo y se prodigan arrumacos y dulces palabras cuyo lenguaje todos conocemos. Y es que el cariño es un invento mucho más antiguo que el hombre.
En el siguiente vídeo se pueden ver algunas muestras de danzas de cortejo entre aves al ritmo de la música de Tchaikovsky (bailarás con ellas...). También apreciaremos su ternura en el cuidado de las crías. Pero sobre todo, este vídeo expresa la fiesta en que se convierte la vida cuando dos comparten.
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