La voraz y demoníaca plaga de los incendios: ¿Cuándo acabaremos con ella?
Comparto, para reflexionar, esta preciosa poesía de Salustiano Masó.
EL BOSQUE AUSENTE
El alto cedro solo en la ladera
llora su sino de superviviente
¡Cuánto huracán y cuánto fuego siente
roto contra su pecho de madera!
La tempestad rindióle su bandera.
Forjó el alud su gesto combatiente.
Y hoy es el capitán de un bosque ausente
sobre los hombros de la cordillera.
Podéis oír al viento todavía
agitar ese bosque en cada una
de sus ramas. Un pájaro de hielo
se posa sobre su melancolía.
Y lo vigila, leñador, el cielo
con el hacha menguante de la luna.
Salustiano Masó
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