jueves, 27 de octubre de 2016

De pájaros. Amistades entre aves y humanos




La afición a la ornitología y a la observación de aves al natural está cada vez más extendida. Por su belleza, por su encanto y gracia, por su capacidad única de volar, por su canto musical, por sus costumbres tan curiosas ...estos seres poéticos nos cautivan.

Esto me recuerda que justo ayer me conmocionó ver un magnífico guacamayo azul encerrado en una jaula. A la venta. Arrancado de su paradisíaca selva. Apartado de los suyos. Estaba desconcertado. Agarraba su pico a las rejas, tirando de ellas, pero éstas no cedían ni cederán. Posiblemente le habrían cortado una parte de las alas para que jamás pueda volar y cumpla fielmente su misión de esclavo de los hombres. Su mirada se posó en mis ojos. No parpadeaba. Pensaba. Sus ojos callados eran profundos interrogantes. Aceptó una caricia mía sumisamente, pero mi compasión resbaló por su plumaje. No le iba a liberar.







Imágenes: Google. Autor chino sin identificar


AMISTADES ENTRE AVES Y HUMANOS

Esta es la amistad surgida entre un cuervo silvestre y un niño, y también la de una cerceta y un cazador. Está tomada del libro "Aventuras entre pájaros". Por W.H. Hudson. Año 1944.

"Se trata del caso de un cuervito (chova) que fue encontrado el año último, impedido de volar, y llevado a su casa por un chico de la aldea de Tilshead, en las llanuras de South Wiltshire A los pocos días el pájaro se recobró de su debilidad y quedó perfectamente bien y capacitado para volar de nuevo, pero no se fue; y la razón de su permanencia parecía no consistir en el hecho de haber sido bien tratado, sino en que se había aficionado de una manera extraordinaria a la compañía, no del chico que lo había rescatado y alimentado, como podría suponerse, sino del otro, de menor edad aún, que vivía en el "cottage" de su amigo predilecto. Quería estar siempre con él, y cuando los chicos iban a la escuela por la mañana, el cuervito los acompañaba y entraba volando en el aula, donde se posaba en una percha para esperar el final de la clase. Pero como ésta era siempre demasiado larga para su paciencia, de tiempo en tiempo emitía un fuerte graznido de protesta, que hacía reír a los chicos, por lo cual el maestro terminaba por echarlo fuera y cerrar la puerta. Entonces se instalaba en el tejado, esperando el fin de la clase, y cuando salía su amiguito se le posaba en el hombro y así lo acompañaba de vuelta a su casa. Del mismo modo lo seguía a la iglesia los domingos, pero ni aun allí podría refrenar su penetrante graznido, que distraía a los feligreses haciéndoles levantar, sonriendo, los ojos hacia el tejado. Mi amigo el vicario, que también ama a los pájaros, no podía tolerar esto, y en consecuencia el cuervito tuvo que ser capturado y confinado todos los días durante las horas de escuela y de iglesia... []
[]...Y queda aún por relatar un caso todavía más notable que el del cuervito. Un amigo mío, un anglo-argentino residente en Buenos Aires, un día que andaba cazando patos, hirió en el ala a una cerceta, perteneciente a una de las especies comunes:: "Querquedula flavirostris". Al ver y sentir al pájaro que tenía en la mano, su graciosa forma y hermoso plumaje, los bullentes ojos y palpitante corazón, se sintió tan enternecido que no pudo matarlo, y poniéndolo en la bolsa lo llevó a su casa; después de vendar el ala rota lo mejor que pudo, colocó al pájaro en el amplio patio y le dio agua y comida. En poco tiempo la herida cicatrizó, pero el pájaro quedó inhabilitado para volar y no intentó escaparse en ningún momento. Se amansó completamente y acudía a una llamada para recibir alimentos o caricias. Lo extraño del caso fue que, aunque toda la gente de la casa se interesaba por él y trataba de mimarlo, reservaba todo su afecto para el hombre que lo había herido. Para los demás se mostraba indiferente, aunque estaban siempre en la casa en contacto con él y haciéndole mimos, mientras que el amigo elegido se marchaba todos los días a la ciudad por sus negocios de la mañana y no regresaba hasta avanzada la tarde. El patito no se apartaba de él mientras duraba el desayuno, luego lo acompañaba hasta la puerta de calle y, después de haberlo despedido, regresaba a su lugar y pasaba el día quieto y satisfecho, como si se hubiera olvidado completamente del ausente.
Pero invariablemente, a eso de las cuatro de la tarde, acudía a la puerta de calle, que estaba siempre abierta, para esperarlo, y si él demoraba una hora, el pato permanecía sentado todo el tiempo en el umbral, con el pico vuelto hacia la ciudad, para asombro de los transeúntes. Cuando él aparecía, el pato, lleno de contento, corría a sus pies agitando las alas y emitiendo toda clase de "cuacuás" y demás sonidos especiales que utilizan las aves para expresar la emoción de su alegría. Como la mayoría de las cercetas, este patito era muy locuaz y excitable. Después de la diaria escena del recibimiento, su mayor felicidad consistía en obtener permiso para sentarse a los pies de su dueño cuando éste se instalaba en su sillón para leer y descansar. Hablando con exactitud, se sentaba sobre sus pies."

El autor añade también a esta historia otra exactamente igual de un cazador de El Cabo. Hirió a una cerceta; compadecido la curó y acto seguido el que la hirió pasó a ser su querido amo, siguiéndole por toda la casa como un perrito. En este caso, la cerceta, cuando ya pudo volar,  se fue un día con sus compañeras de migración y el cazador la dio por desaparecida. Pero en una de sus cacerías de patos, uno de ellos descendió del cielo hasta sus mismos pies, y loco de alegría, le saludó. Su amiga cerceta no lo había olvidado. Este fenómeno se repitió después todos los años, cuando el ave, en su migración, pasaba cerca de la casa de su amigo. Siempre se apartaba un rato de su bandada para saludarle.

El autor comenta que estos dos hombres, como es de imaginar, no volvieron a matar una sola cerceta.















Aquí está la fuente de estas imágenes. Pincha para ver en grande más bellas fotos de aves: 




Escucha esta pieza, tan sutilmente delicada como un petirrojo saliendo de un matorral.

lunes, 24 de octubre de 2016

Fidelidad más allá de la muerte


Los animales te aman a ti por ser tú, nada más. No esperan nada. Te aman y ya está.
Si tú los quieres, su lealtad entonces será incondicional, especialmente en los perros. Podrán dar la vida por ti, seguirte hasta el confín del mundo o esperarte más allá de la muerte.


Gracias a todos vosotros por hacer nuestra vida más rica y profunda.
Sois ejemplos vivientes de nobleza.



En este vídeo veréis imágenes conmovedoras de lealtad.


   



En este otro, un gato ve a su amigo muerto, posiblemente tras un atropello, y hace todo lo posible por reanimarlo. Impresionante.



sábado, 22 de octubre de 2016

Dos burros


Foto de bidi35: http://www.hikr.org



¿No son encantadores?

Estos burros están en el margen de uno de los senderos de la montañosa Suiza. Se nota, por la poca hierba que hay alrededor de ellos, que se han asomado una y otra vez a la alambrada a olisquear las manos de los caminantes; ¿un bocadillo?, ummm....; ¿una sonrisa de bípedo?, ¿una mirada tierna?, ¿qué nos traes tú?

En ese perdido camino hay una nota de peluda alegría para todo el que pase. Quizá un día, entre mis perdidas andaduras me encuentre con vosotros. Hasta entonces. Mis orejas se alzan con las vuestras.

viernes, 21 de octubre de 2016

Visones

File:Nerz-drawing.jpg
Ilustración de 1927, obra de Gustav Mützel

Este hermoso (y codiciado) animal tiene un carácter de titán. Entre sus atributos de belleza sensual y su agilidad destaca su gran agresividad, su furia, su coraje, su ardor depredador y su valentía. Cuando dos machos se encuentran la pelea fácilmente puede acabar en muerte de uno de los dos, y si un visón entra en un gallinero...no queda gallina con cabeza. No obstante, se sabe de alguna hembra, que tras terminada su leche, se ha sacrificado y se ha dejado comer viva por sus pequeñuelos.
Es magnífica su adaptación al medio, pues es buen nadador, como la nutria, trepa con la agilidad de un gato por los troncos en busca de ardillas, es rápido, curioso e inquieto, y además, sabe imitar bien a la mofeta con su nauseabundo olor, expulsándolo en el momento justo.

Pero toda la fiereza de este bello mustélido se da de bruces contra las rejas que el humano le pone para arrancarle la piel1.

Aquí se relata un antiguo encuentro entre un cazador y uno de estos bravos animales:

"Un día de invierno, hace años, armé una trampa junto a un riachuelo y me dediqué a observarla periódicamente. Varios días permaneció vacía, hasta que una oscura mañana, que no olvidaré jamás, vi preso en ella un animalito pardo. Al acercarme a la trampa, andando sobre la tierra blanda, el cautivo no oyó mis pasos. Estaba agazapado y roía algo con gran diligencia. Cuando estuve más cerca me di cuenta de que se trataba de un visón, y de que lo que roía era su propia pata aprisionada, tratando de soltarse.

Accidentalmente pisé una ramita y el animal levantó la cabeza hacia mí, mirándome lleno de ira. Luego lanzó un chillido y dio un tirón a la cadena que sujetaba el cepo, se precipitó primero contra mí y luego en dirección opuesta, tratando de huir. Con gran valentía y audacia, el animalito estaba listo para oponer su pequeñez contra mí. Sentí vergüenza y decidí ponerlo en libertad.
Con un palo empujé el resorte que mantenía juntas las mandíbulas del cepo, mientras el visón luchaba furiosamente con el palo, astillándolo al hundirle los dientes en la corteza. Aun cuando se abrió el cepo y quedó en libertad con la pata ensangrentada, el animalito continuaba luchando frenéticamente. Al darse cuenta de que estaba libre, emprendió cojeando la retirada. Se detuvo varias veces a mirarme con ferocidad y muy pronto desapareció de mi vista.
El ferviente deseo de vivir que demostró aquel visón me inspiró un profundo respeto y compasión por todas las criaturas vivientes, y nunca más volví a poner trampas. "

George Fichter

Visón europeo:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mustela_lutreola


1. Una de las más atroces torturas que el hombre realiza a los animales es precisamente la cría de visones. 

http://www.publico.es/espana/262638/la-matanza-de-visones-en-espana-al-descubierto

martes, 18 de octubre de 2016

Montes Drakensberg






Drakensberg anfiteatro




Cascada Tugela

En un remoto lugar de África (entre Sudáfrica y Lesotho) existe (¿existe?), deslumbra con su vida de piedra, este paisaje bellísimo.
Quién diría que en el sur de África, mas allá de sus extendidas estepas y cielos,  se esconde un vergel salvaje, verdísimo y de tremendas paredes airosas como éstas. O una cascada que parece robada al mismo paraíso. Siempre se aprende; África no respira sólo por sus desiertos, selvas o sabanas: también por  cañones y zonas montañosas arrebatadoras.
(Una punto más para mi Google Earth y un nombre nuevo en mi ruta de sueños.)

***

Los montes Drakensberg ("Montañas del Dragón" en afrikáans) son las montañas más altas de Sudáfrica, elevándose en Thabana Ntlenyana hasta los 3.482 m de altura.

Están situadas en la parte oriental de Sudáfrica, corriendo aproximadamente por 1.000 kilómetros generalmente del sudoeste hacia el nordeste, con una curva en el noroeste que forma la frontera noreste de Lesotho con Sudáfrica. De la cordillera surgen al oeste el río Orange y el río Vaal, y en el este y sur varios ríos más pequeños, el río Tugela sería el más grande.


Geológicamente, los Drakensberg son un remanente de la meseta africana original. Las montañas están coronadas por una capa del basalto de hasta 1.500 m de espesor, con la piedra arenisca más abajo, resultando una combinación de laderas escarpadas y cimas empinadas. Las cuevas son frecuentes en la piedra arenisca y muchas tienen pinturas rupestres de los bosquimanos.

La nieve cae con regularidad en invierno, mientras que las lluvias y las nieblas se suceden durante todo el año.

Muchos de los picos de los Drakensberg ofrecen desafíos para el alpinismo. Mientras las cumbres principales han sido todas conquistadas, varias cimas menores tienen aún que ser alcanzadas. El excursionismo a pie es también una actividad popular. (Wikipedia: Más en:

http://es.wikipedia.org/wiki/Drakensberg)



Yo rebuzno


                                                                 Foto: Google



YO REBUZNO


Ji Jaaa. Ji jaaa. Ji jaaa.

  Admiro la silueta de un burro rebuznando sobre la plateada colina.
  Al atardecer, al amanecer, junto a la parsimoniosa corriente, bajo los estupefactos eucaliptos o quemándose las patas en la ardiente arena, se le ve tozudo, dientes en alto, hasta hacerse uno con el estridente manojo de cardos florecidos que sale de su garganta.
  Las horas, verdes o amarillas, y los silencios cálidos, fragantes y pletóricos de ranas son los que más le gustan.
  ¿Por qué rebuznas, burro?

Porque sí, rebuzno.
Rebuzno, rebuzno...
Rebuzno porque sí.
Porque adoro las cosquillas que la vida me hace en el hocico.

Ji Jaaa. Ji jaaa. ¡Ji jaaa!
Luz. Sombra. Se deslizan por mi cola de cometa.
Día. Noche. Suben por mis orejas de lana.
Y rebuzno,
Lo mismo que tú cuando silbas pompas o mares o ánades violetas.
Igual que silba relámpagos de gozo la abeja entre las flores,
o esparce libélulas ese niño cuando corre.
Fabrico notas de pelo y tierra que estremecen a los árboles.

.Ji Jaaa. Ji jaaa. Ji jaaa.

¿Sabes?, a veces rebuzno la explosiva exclamación de sorpresa de una supernova;
otras, el ansia de un agujero negro sale por mi boca.
Pero cuando más insistente, agudo, turbado y loco es mi rebuzno
es cuando retiembla en mis crines el aterciopelado recuerdo de ella.

***

De "La naturaleza en el corazón". Maite Sánchez Romero






Solo de ave



Si gozas con el finísimo encaje de los arpegios de un violín; si el borboteo de un torrente en la montaña te desliza hacia la paz más honda; si al tumbarte sobre la hierba te regocijas con el mullido tacto de la hoja en crecimiento; o si el entrecortado impulso de las piernas de un recién nacido, buscando el tacto del mundo, te parece delicioso; si, en fin, los innumerables destellos de gracia esparcidos por la materia dulce de nuestra Tierra te iluminan, no menos lo hará el canto de este ave.
Mi consejo es que la busques a comienzos de julio, por un pequeño prado de montaña rodeado de bosque; que descanses una noche al raso; que te lleves la luz de las estrellas a tus sueños y luego te dejes despertar por el silencioso amanecer. Cuando puedas distinguir en la tenue luz a las soñolientas hojas de los árboles, él comenzará su canción. No esperes un canto al modo que entendemos los hombres. Es más bien un monólogo musical, vertido al aire fresco sin conciencia de ser escuchado por ciervos, tréboles o humanos. Es una entrega gratuita para solaz de tus sentidos recién despertados. Él no verá tus ojos abiertos, pero entrará en tus oídos acariciándote desde el tímpano hasta el alma. Te parecerá que aquel sonido no está ubicado en ningún lugar mortal; tendrás la sensación de que viene del fondo de un río celestial; no reconocerás ninguna nota: todas te parecerán nuevas, de la sustancia de los sueños, recién creadas. Serán salpicaduras de luz mojándolo todo de plata; ondas líquidas viajando por el aire, trenzadas en la paz.
Y notarás repentinamente que los trinos libres se cortan: el pájaro medita. Decide un cambio. Y continúa después con el más imprevisible de los sonidos: una palabra redonda, modulada en dirección contraria, al capricho puro de la inspiración. Ahora, una frase larga y atrevida. Ahora una dulce y arremolinada; un bucle estremecido y después, silbidos de viento liberado.
Inventor, poeta o garganta de promesas: así llamarás a tu zorzal. Cuando vuelva el silencio, se te hará grande la mañana, te parecerá que se ha quedado sola. Lo llamarás de nuevo, para no perder esa fragancia inabordable que te dejó. Y él te responderá a lo lejos, desde el tiempo de tu mente, durante muchos días, para dejarte su vivo alimento de belleza.


Texto: Maite Sánchez Romero
Pirineos, Circo de Pineta.


(Ignoro si todos los tordos cantan como el que yo oí aquel amanecer. Quizá aquel fuera único, y estuviera... tocado por la genialidad).





(Éste solo es un ejemplo muy corto y limitado. Únicamente sirve para hacerse ideal del timbre del ave. Es mucho más impresionante escuchar durante largo rato todo el apasionado concierto que estos pájaros pueden dar. Más familiar y conocido es el canto de mirlo, otro prodigio de la misma familia.)

Amor de aves










Fotografías tomadas de Google Imágenes


Cuando se está enamorado ¿no es todo el universo una fiesta, un gran baile donde el color rebosa por toda la creación, y todo vibra, se mueve, danza en perfecta armonía?
Así lo sentimos los humanos cuando nos subimos a ese carrusel de felicidad, pero puede que también lo sienta el calamar que habla a su pareja con los emocionados tonos multicolores de su cuerpo, o el albatros, en su danza nupcial. E incluso la mosca que recorre una y otra vez el polvo que flota en la sala esperando a su minúscula compañera. Las ballenas cantan, las ranas croan, las aves deliran con sus más soberbios cantos en plena época reproductiva... Todos los seres, de un modo u otro, necesitan expresar la alegría de amar y ser amado.

Los cortejos de las aves son especialmente atrayentes para nosotros. Nos recuerdan mucho nuestras costumbres. El interés por el macho por deslumbrar a la hembra hace que algunos se conviertan en ejemplares arquitectos, constructores, tejedores, cantores, músicos, decoradores o artistas. A menudo se emparejan de por vida; tienen danzas a dúo y se prodigan arrumacos y dulces palabras cuyo lenguaje todos conocemos. Y es que el cariño es un invento mucho más antiguo que el hombre.

En el siguiente vídeo se pueden ver algunas muestras de danzas de cortejo entre aves al ritmo de la música de Tchaikovsky (bailarás con ellas...). También apreciaremos su ternura en el cuidado de las crías. Pero sobre todo, este vídeo expresa la fiesta en que se convierte la vida cuando dos comparten.