viernes, 20 de enero de 2017
La voz de las plantas
No hace mucho he descubierto que las plantas tienen voz. A través de unos electrodos conectados a sus hojas que captan sus impulsos eléctricos, y luego éstos traducidos a notas musicales mediante un sintetizador, podemos ahora escuchar sus voces. Sorprende realmente escuchar estos sonidos. Y aún hay más, porque también cantan. ¡Emiten música! Una música armoniosa, profunda, pacífica, yo diría que hata curativa. Es un reflejo de lo que ellas son: vida y armonía.
Se sabe ahora que las plantas son sensibles a nuestras vibraciones emocionales, pues hay experimentos que lo confirman. Es por eso que, sí están ligadas a ti, pueden crecer mejor ante tus palabras cariñosas, o simplemente ante tus sentimientos de afecto. También se alteran cuando tú te alteras. Es como si un hilo invisible las uniera a ti. Y ese hilo no se rompe, muy al contrario, puede seguirte hasta la otra punta del planeta, sin ellas moverse del sitio. En el libro "La vida secreta de las plantas", de Peter Tompkins, se narra cómo un investigador de la sensibilidad de las plantas se marchó cientos de kilómetros de su hogar, a otra ciudad. Allí vivió toda una serie de emociones diversas a lo largo del día (desde indiferencia hasta frustación). Al volver a su casa pudo comprobar que su planta había reflejado todos y cada uno de sus altibajos de ánimo de ese día, exactamente a la misma hora en que él los experimentaba. El polígrafo, que registrando los impulsos eléctricos de su planta, así lo mostraba. ¿Qué misterio hay detrás de todo esto? ¿Formamos parte de una red invisible que nos une a todo los demás seres más allá del espacio o del tiempo? ¿Cómo es posible que las plantas, siendo "ciegas", "mudas" y "sordas", sean capaces de asustarse cuando les pones unas tijeras cerca de la hoja, excitarse cuando está cerca su dueño, ponerse mustias en un ambiente de crispación o desarrollar más flores y crecer con ímpetu al "escuchar" música de Vivaldi? ¿Sienten? ¿Cómo sienten careciendo de nervios?
Parece ser que su "sistema nervioso" vendría a ser pulsaciones eléctricas que nacerían de sus raíces. Algunos estudios también demuestran que las flores se hermanan o sintonizan, de un modo sorprendente y a la vez misterioso, con nuestras neuronas; o lo que es lo mismo, con nuestros pensamientos.
La fuente de esta información la he encontrado en :"La vida secreta de las plantas", Tompkins y Bird)
En la comunidad de Damanhur, se les hizo "escuchar" a las plantas música de meditación y música clásica. Tras ello, grabaron los sonidos que emitían. Ya no eran amorfos o desconectados entre sí, sino que era pura música. Aprendieron literalmente a "cantar", y además lo hacían celestialmente. Y les debió de encantar, pues si se colocaba a una planta "enseñada" junto a otra "novata", la segunda pronto imitaba las nuevas armonías de la experta (la belleza es contagiosa).
En el primer vídeo que he puesto puede verse el sonido normal o habitual de las plantas. Su voz personal, sin entrenamiento. Algo así como el matiz o la personalidad propia de cada una.
En el siguiente os sorprenderá la sinfonía de sonidos que pueden emitir tras haber sido entrenadas con música.
Y en el tercero, una mujer canta a capella, con mucho sentimiento, mientras las plantas la acompañan con un bello coro de armonías. Es estremecedor.
En adelante, no puedo ya ver mis plantas del mismo modo, porque sé que son como esponjas, que graban toda la armonía y caos que perciben. Porque son mucho más asombrosas y profundas de lo que jamás sospeché. Porque son tan espirituales como nosotros. Y porque además, ahora soy consciente de que me necesitan más de lo que nunca hubiera imaginado. Ellas nos regalan su alegría, armonizan nuestra casa y el planeta entero; nos curan, nos alimentan, y además nos ofrecen la belleza más pura de sus flores. Son, sencillamente, la base de toda vida. Las necesitamos, y ahora más que nunca, pues nuestros bosques están desapareciendo a un ritmo de pánico.
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